La idea de Cardborigami comenzó en el otoño de 2007, cuando su inventora, Tina Hovsepian, estaba en su cuarto año de estudios en la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Southern California.
El cartón estándar fue el principal material elegido para su proyecto, después de varios experimentos que demostraron su aislamiento natural y las cualidades estructurales que ofrece.
Y de este cartón nació este refugio de socorro para personas sin hogar, así como víctimas de un desastre que necesitan vivienda (o algo que se le parezca) de manera inmediata y temporal. Cardborigami, que se pueden distribuir a través de diversas organizaciones filantrópicas y ONGs, proporciona cobijo y protección a bajo coste, con la inmediatez y la portabilidad que ofrece su ligereza y tamaño compacto.
El que dota al producto final de la naturaleza compacta y portátil es el antiguo arte japonés del plegado de papel, conocido como origami, que inspira la estructura y da forma al espacio. Además, los pliegues también proporcionan estabilidad estructural y la posibilidad de implementación, pues permite desde la obtención de refugios unipersonales a grandes tiendas que podrían ser ocupadas por familias enteras en condición de necesidad.
Para ello sólo hay que utilizar unas uniones de velcro que proporcionan la dimensión necesaria para distintos grupos y condiciones. Gracias a estas uniones, además de aumentar el tamaño del cobijo, también se pueden reemplazar fácilmente las unidades deterioradas por otras nuevas.
La unidad realmente tiene dos versiones: una versión 1.0 destinada a las crisis humanitarias, mientras una más portátil 2.0 que está concebida para una sola persona. Este último modelo parece ser el enfoque principal de la diseñadora. Cardborigami 2.0 pesa 10,5 libras (casi 5 kg.), y tiene un acabado recubierto con retardador de fuego y revestimientos resistentes al agua. Se pliega fácilmente y se puede montar en menos de un minuto. Y del crudo cartón de caja se ha pasado a un estampado más colorido.
Lamentablemente, la falta de vivienda a gran escala no va a desaparecer a corto plazo; y hasta que la sociedad elabore una solución más amplia, las ideas simples son igual de necesarias que los cambios estructurales para mejorar las condiciones de vida de las personas sin hogar.
Fuente: lainformacion.com
