Ante los últimos acontecimientos como el pasotismo de los grandes partidos políticos respecto a los problemas de la ciudadanía que dicen representar, los medios de comunicación que toman postura contra aquello que no pueden dominar
o la aprobación de normas hasta ayer intocables como la propia Constitución que comporta otra notable restricción de libertades para los consumidores a favor de instituciones privadas y de más que opaco funcionamiento,
Servidor de Vds., como ciudadano y sólo como eso, quiero manifestar públicamente lo siguiente:
PRIMERO.- Que llevamos más de dos décadas en que se legisla obsesivamente contra los ciudadanos con el fin de intervenir la intimidad de sus comunicaciones y la privacidad de su casa y controlar hasta el último euro del que pueda disponer.
Todo para que se pueda comprobar si el ciudadano hace lo que interesa a los poderes fácticos en cada momento del día y de la noche. La última, es obligarnos a decidir entre seguridad e intimidad metiéndonos en unos conflictos (antes eran llamadas guerras) que los ciudadanos, ni hemos generado ni hemos alimentado,
pero sí que estamos pagando en nombre de la democracia.
SEGUNDO.- Que no contentos con tenernos cosidos a impuestos directos e indirectos, todos de dudoso retorno social, como es de ver en la actual crisis, nos han llovido una colección de tasas, exacciones parafiscales y cánones que importan más que los propios impuestos directos. Podemos empezar por el canon digital y acabar con el canon del agua que sale del grifo, pasando por la electricidad, el gas, el teléfono, las carreteras o la gasolina. Todos ellos a favor de entidades privadas muchas de ellas transnacionales.
TERCERO.- Que el afán recaudatorio ha impedido lo que es más elemental, la progresividad de las cargas fiscales, “el que más tiene más paga”. Ahora pagan más, los que son más. Eso se usa, además, como una herramienta coercitiva para el ciudadano y consumidor; librándose de ella los que pueden. Un ejemplo claro son las multas y sanciones, donde si no interesa, el que puede, recurre hasta el infinito o simplemente, cambia la norma.
CUARTO.- Los ciudadanos se han dado cuenta de que han depositado su confianza en una clase política sin autoestima ni sentido del ridículo, en unos jueces cobardes, en unos periodistas desleales que juegan a ser Dios, y acabando por unos funcionarios públicos que miran para el otro lado con tal que a ellos no
se les moleste.
QUINTO.- Somos conscientes de que pertenecemos a una sociedad donde, desde hace generaciones, los padres han malvendido el futuro de sus hijos a cambio de sobrevivir en el presente, envolviéndose en la bandera y los tópicos para amagar su desnudez. Pero ahora ya no queda nada. Ni tan siquiera futuro. Sólo un fascismo/franquismo mal enterrado.
Ante esta situación de desprotección de la sociedad y de sus ciudadanos, teniendo bien claro que sin nosotros, todos ellos no son nada, Digo:
NO SE PUEDE SER NEUTRAL, NO SE DEBE PERMANECER INDIFERENTE
Josep Jover
Abogado, auditor y Gestor de conflictos.
Septiembre, 2011.
Fuente: fotomovimiento15m