La transición de la iluminación convencional a la iluminación LED ha sido muy importante para las personas como para el medio ambiente. La iluminación convencional incluye las tecnologías incandescentes, fluorescentes y HID (descarga de alta intensidad) que dominaron el sector de la iluminación por más de 100 años.
Las lámparas incandescentes fueron las primeras en salir al mercado, siendo una solución que cambió la historia y aunque ofrecen una buena iluminación, su nivel de eficiencia energética es muy bajo, debido a su elevado consumo y su limitada vida útil.
La iluminación fluorescente se hizo popular en la década de 1940, gracias a que son más eficientes y tienen una mayor vida útil que las lámparas incandescentes. No obstante, los balastos que se necesitan para encenderlas generan un alto consumo.
Las lámparas de descarga de alta intensidad o HID se comenzaron a utilizar a mediados de la década de 1970, por ser más eficientes que las lámparas incandescentes y las fluorescentes, se destinaron mayormente a grandes espacios que requerían de mucha luz como centros comerciales, almacenes, calles y avenidas, etc.
No obstante, la aparición de la tecnología LED cambió para siempre el ámbito de la iluminación. Esta tecnología aprovecha todas las posibilidades que ofrecen los diodos emisores de luz, para crear lámparas que tienen alta eficiencia energética, vida útil prolongada y gran versatilidad.
La iluminación LED permite además adoptar un enfoque más sostenible, ecoamigable y rentable, que marcó el comienzo de una nueva era en el diseño de la iluminación tanto de espacios interiores como exteriores, así como de calles, avenidas y autopistas. Gracias a los beneficios que ofrece, entre los que resaltan:
Mayor vida útil y bajos costos de mantenimiento
Las lámparas LED tienen una larga vida útil, en comparación con las convencionales, pueden brillar por más de 25.000 horas, lo que significa que habrá muchos menos reemplazos, esto reduce los costos de mantenimiento en entornos residenciales, comerciales y empresariales.
Mayor sostenibilidad y cuidado del medioambiente
La iluminación LED ayuda a minimizar el impacto ambiental, ya que a diferencia de los sistemas de iluminación convencional, las lámparas LED no contienen materiales peligrosos o sustancias tóxicas, lo que las hace más seguras tanto para la salud humana como para el medioambiente
Además, la iluminación LED contribuye a la sostenibilidad al reducir las emisiones de gases contaminantes. Como el consumo de energía de las luces LED es mucho menor, los edificios equipados con sistemas de iluminación LED reducen significativamente su huella de carbono.
Flexibilidad
La eliminación LED ofrece una gran variedad de niveles y colores de iluminación, convirtiéndose en una maravillosa herramienta para el diseño de ambientes. Las lámparas LED se pueden integrar a los de control digital para crear sistemas de iluminación adaptados a las necesidades de cada espacio o edificación.
Cero emisiones de calor ni radiación UV
Las Lámparas LED producen muy bajas emisiones de calor y no emiten radiación ultravioleta (UV), lo que las hace ser el tipo de iluminación adecuada para los espacios interiores. Además, las lámparas LED siguen manteniendo el mismo nivel de eficiencia en ambientes con temperatura muy baja, lo que no ocurre con la iluminación tradicional.
