El arbitraje y la mediación internacional son uno de los recursos más favorables para la resolución de disputas comerciales entre empresas provenientes de diferentes países, por brindar la posibilidad de atender rápida y eficazmente una gran variedad de disputas de manera extrajudicial, al garantizar mayor flexibilidad, imparcialidad y simplicidad.
Es importante mencionar que el arbitraje y la mediación internacional ofrece mayor seguridad para las empresas al momento de desarrollar sus actividades comerciales, así que suele ser establecido como un acuerdo voluntario entre las partes involucradas, quienes designan la legislación, el idioma y el lugar al momento de elaborar cualquier contrato.
Por otro lado, los procesos de arbitraje y mediación internacional están regulados por diversos organismos como la Comisión de Naciones Unidas para el Derecho Internacional, la Comisión Internacional de Arbitraje Comercial y la Cámara de Comercio Internacional, para garantizar la mayor objetividad y transparencia posible.
Funcionamiento de los procesos de arbitraje y mediación internacional
Este tipo de procesos arbitrales, generalmente inicia cuando los intentos de negociación entre los representantes comerciales de las partes involucradas fracasan, además incluye diversas etapas para asegurar la mayor neutralidad posible, y defender adecuadamente los intereses de la empresa o compañía perjudicada.
Al momento de comenzar un proceso de arbitraje y mediación internacional, la empresa afectada debe presentar la demanda ante las autoridades pertinentes, las cuales se encargan de notificar a la compañía demandada, para brindar la posibilidad de emitir una respuesta con el fin de exponer su versión de los hechos.
La siguiente etapa consiste en designar y nombrar a los árbitros que participarán en el proceso legal anteriormente mencionado, quienes son seleccionados por la Secretaría de la Corte Arbitral para garantizar las condiciones establecidas previamente en el contrato elaborado por las compañías y entidades involucradas.
Cabe destacar que la Secretaría de la Corte Arbitral también se encarga de establecer los honorarios de los profesionales que intervienen en el proceso, los cuales deben ser cubiertos por la empresa demandante para continuar con la siguiente fase del proceso de arbitraje, que consiste en el análisis de la información presentada ante las autoridades pertinentes.
Después de escuchar las declaraciones de las partes involucradas, el tribunal de árbitros procederá a emitir su decisión por medio de un documento denominado Acta de Misión, por su parte dicho documento debe contener las firmas de todos los árbitros participantes, además de establecer el calendario provisional que se pretende seguir para concretar el proceso.
Para finalizar el proceso de arbitraje y mediación internacional, el Acta de Misión elaborada previamente por el Tribunal de Árbitros debe ser aprobada por la Corte Arbitral, así mismo la sentencia establecida por parte de las autoridades involucradas es emitida oficialmente a través de un laudo arbitral, el cual no admite ninguna apelación después de su publicación.
Beneficios del arbitraje y la mediación internacional
Sin lugar a dudas, una de las principales ventajas de los procesos de arbitraje y mediación internacional es que permiten a las empresas y compañías internacionales solucionar rápida y eficazmente cualquier conflicto comercial, al simplificar todos los procesos de tramitación incluidos en los procesos judiciales tradicionales.
Al mismo tiempo, el arbitraje y la mediación internacional se diferencia de los juicios tradicionales, por adaptarse apropiadamente a las necesidades particulares de cualquier persona jurídica, ya que brinda a la empresa demandante la posibilidad de seleccionar la modalidad del proceso, además otorga mayor libertad a los árbitros para aplicar las normas correspondientes.
Pero esto no es todo, puesto que este tipo de procesos resulta una opción cada vez más confiable para cualquier entidad, por permitir el nombramiento de profesionales calificados y exitosos, además asegura la mayor imparcialidad posible al realizarse en países neutrales para todas las partes involucradas.
