Sue Hubbard, ciudadana de Williamsport, en Pennsylvania, Estados Unidos, llamó a la policía, los bomberos, y hasta a un médico forense, después de haber visto un cuerpo flotando en la orilla del río Susquehanna.
Cuando todo el equipo de emergencia se reunió en el lugar de los hechos para discutir la mejor manera de rescatar a la que se presumía era un cadáver víctima de ahogamiento, que por cierto llevaba un chaleco salvavidas, éste se sentó, y ante la mirada incrédula del grupo de personas, comenzó a caminar hacia ellos preguntándose qué pasaba.
Al final, el sujeto se identificó como José DeAngelo, quien dijo que acababa de tomar una siesta en el río, y se despertó porque una libélula se poso en su nariz. “No quise preocupar a nadie. En un día de verano, es bueno dormir a la orilla del río sólo para flotar y olvidar los problemas”, aseguró.
“¿Qué es más alarmante? ¿Ver un cadáver en un río, o ver que el cuerpo del muerto se levanta y comienza a caminar hacia a ti?”, aseguró uno de los espectadores a un noticiero.
“Fue todo un shock para nosotros”, dijo por su parte Charles E. Jr. Kiessling, forense del condado de Lycoming. “Él estaba subiendo y bajando en el agua. En realidad parecía que estaba muerto”, añadió.
