El ansia de aprender no tiene edad en uno de los mayores eventos de tecnología del mundo, que se cierra mañana
La Campus Party no entiende de edades ni de profesiones. Todos tienen cabida en una de las mayores concentraciones de «frikis» de la tecnología del mundo que se cierra mañana en Valencia. Sólo resulta necesario tener ganas de aprender. Y de eso, les sobra a los campuseros.
Berta Briales tiene 78 años y desde pequeña le ha interesado la tecnología, con la que se desenvuelve perfectamente. «En 1982 me compré mi primer ordenador y fui avanzando poco a poco de forma autodidacta, aunque con un poco de miedo». Ahora, su portátil está firmado por el cofundador de Apple Steve Wozniak, a quien admira, y tiene hasta un grupo de fans en la red social Facebook.
Además, Berta comenta que lo que le gusta de la «Campus Party» es «compartir conocimiento y disfrutar del ambiente y del ánimo de aprendizaje que hay».
Si los más mayores están presentes en este evento, tampoco faltan los más pequeños. Eva Prieto, de 6 años, visita la Campus Party por primera vez con su padre, quien le ha iniciado en el mundo de los ordenadores. «Los utilizo para jugar en Internet, ver series o películas y leer el correo. Me lo he pasado muy bien aquí y le pediré a mi padre volver otro año», indica.
También el perfil profesional destaca en este evento. Susana Rasclar es licenciada en Tecnologías de la Información y la Comunicación, trabaja como maestra y viene desde Argentina sobre todo para asistir a las conferencias de «Educa Party», en las que se trata la forma de aplicar las nuevas tecnologías en las aulas. Por ello, asegura que los cambios en la educación «son necesarios por la evolución de la tecnología y es fundamental poder hacer frente a las nuevas necesidades que tienen los alumnos». Pero también incide en que a los profesores les falta un «cambio de actitud» para saber internarse en estos nuevos lenguajes y «servir de puente» entre la brecha generacional.
