En el fabuloso documental “Grizzly man”, rodado por Werner Herzog en 2005, Timothgy Treadwell, el cándido protagonista moría devorado por los que creía sus mejores amigos: los osos negros de Alaska.
El canadiense Troy James Hurtubise no era tan ingenuo como Treadwell, de modo que diseñó y construyó el traje de protección contra osos grizzlies con el que pretendía resistir al hipotético enfrentamiento con aquel animal, el mamífero más letal del Canadá. La odisea de Hurtubise fue documentada en la (delirante) película “Project Grizzly” (1996), que puede verse gratuitamente online.
La obsesión de Hurtubise por los osos se inició en 1984, cuando sobrevivió al ataque de un enorme oso negro en los bosques de la Columbia Británica. En aquel momento, el joven Hurtubise, que entonces tenía 20 años, decidió aprender todo cuanto pudiera acerca de los osos grizzlies para poder, algún día, volverse a encontrar con uno de ellos. Unos años después, Troy tuvo una epifanía viendo “Robocop” en la TV: diseñaría un traje de protección que le permitiera acercarse lo suficiente como para poder investigar al oso negro en su territorio…y sobrevivir a un ataque.
Después de varios intentos durante los ochenta, Hurtubise dio con el traje definitivo. El traje antiosos estaba trenzado con malla de metal y revestido con capas de plástico y titanio, todo unido con 2.289 metros de cinta adhesiva.
Llevó siete años y una inversión de 150.000 dólares canadienses. Para probar la resistencia a las poderosas garras de los osos, el audaz inventor se sometió a una serie de duras pruebas, como recibir el impacto de un tronco de 200 kilos lanzado desde cinco metros de altura (ver vídeo), ser atropellado 18 veces seguidas por un coche a 70 km/h o recibir disparos de rifle y flechas, a modo de metáfora de las afiladas garras del úrsido, así como palizas de sus amigos, armados con bates de beisbol.
Pero Hurtubise nunca llegó a encontrarse con su Moby Dick particular por una simple razón. Según el libro “Mark of the Grizzly”, de Scott McMillion, todas las pruebas del traje las hizo en plano, sobre el asfalto de las calles o sobre lisas praderas, un terreno muy distinto a las irregulares pendientes de los bosques de Canadá.
Así que cuando llegó el día programado para su encuentro con el oso, se dio cuenta que prácticamente no podía correr en ese terreno con un traje que pesaba casi 70 kg.
Troy James Hurtubise no pudo ejecutar su venganza; pero a cambio, pudo emplear los conocimientos acumulados para construir el traje anti-osos para diseñar el exoesqueleto Mark VII para los soldados canadienses en Afganistán y por el que recibió un premio IG Nobel en 2002.
No se pierda “Project Grizzlie” online, el considerado por Quentin Tarantino “el mejor documental de la historia”.
Fuente: lainformacion.com
