Cuando se crea una sociedad mercantil, especialmente una Sociedad Anónima (S.A.), una Sociedad de Responsabilidad Limitada (SRL) o una Sociedad Anónima Simplificada (SAS), es necesario que cuente con la figura de un representante legal, una persona física que actúa en nombre de la empresa frente a terceros y tiene la capacidad para celebrar acuerdos legales en su nombre.
El representante legal en una empresa, está facultado para adquirir derechos y contraer compromisos que son vinculantes para la organización, igualmente tiene la capacidad para actuar ante las autoridades y tribunales en representación de la empresa.
Las decisiones que tome, son vinculantes para la empresa, ya que tiene plenos poderes para actuar en su nombre. La elección del representante es realizada por la junta de socios o accionistas de la empresa, siendo los requisitos principales para ocupar este cargo:
- Ser mayor de 18 años de edad.
- Ser natural del país donde se encuentra registrada la empresa o ciudadano extranjero legalmente establecido.
- Contar con la documentación que acredite la nominación como representante legal de la empresa.
- Registrar el nombramiento ante las autoridades competentes, generalmente ante registro mercantil.
Responsabilidades y funciones
El apoderado tiene amplios poderes para actuar en nombre de la empresa, al ocupar este cargo asume ciertas responsabilidades y funciones, entre ellas:
- Ejercer el cargo de forma honesta, cumpliendo con las leyes y reglamentos.
- Actuar en función de los intereses de la empresa.
- Proteger los activos de la empresa.
- Firmar contratos y suscribir acuerdos.
- Representar a la empresa ante las autoridades, organismos públicos y otras organizaciones.
- Representar a la empresa ante los tribunales, bien sea como demandante o demandado, en estos casos puede contar con el apoyo y asesoría de abogados.
- Cumplir con todas las tareas administrativas asignadas por los socios y accionistas.
La principal función del representante legal en una empresa es defender los intereses de la misma, para ello se constituye como el principal tomador de decisiones, las cuales son vinculantes para la organización.
Una de las funciones más importantes es verificar y controlar la actividad diaria de la empresa, administrando su patrimonio. Igualmente, debe informar de forma periódica a la junta de socios o accionistas sobre su gestión.
Es importante considerar que el cargo de representante legal en una empresa tiene ciertos riesgos asociados, debido a que cuando se actúa en nombre de la empresa y se cometen fallas o faltas puede haber sanciones civiles o penales
Por ejemplo, si durante su gestión comete faltas por mala gestión o incumplimiento de los estatutos sociales, que causen daño a la empresa, la junta de socios o accionistas pueden exigir su responsabilidad civil. Mientras que si comete un delito como malversación de fondos, pueden exigir su responsabilidad penal.
Resumen
En resumen, un representante legal en una empresa, es una persona natural, designada por la junta de socios o accionistas, para que se encargue de la administración y representación de la empresa, asumiendo amplios poderes y responsabilidades.
El representante legal es el encargado de realizar todos los negocios, contratos y actos, cuidando que los mismos sean cónsonos con el objeto social de la empresa.
