El objetivo y función propia del capital humano no está dirigido a que los directivos enfoquen su atención en la eficiencia.
De modo que, es innegable que la administración del mismo debería proporciona cierto apoyo en otros aspectos sociales, como la gestión de grupos informales, desarrollo de actitudes potenciadoras, resolución de conflictos, gestión de la competencia o desarrollo de habilidades de liderazgo.
La resilencia forma parte esencial dentro de este proceso. ¿Te gustaría saber en qué consiste? ¡Te invitamos a que nos leas!
¿Qué es la resilencia?
La resiliencia deriva del término latín resileri, cuyo significado es «volver atrás, a la posición inicial, resaltar y revotar,» noción que se aplica en la física. Hace énfasis a la capacidad de la materia para recobrar su forma original: volver a un estado de equilibrio después de ser sometida a una gran presión deformadora.
Este concepto sugiere el logro y mantenimiento de una adaptación positiva en situaciones de desequilibrio o bloqueo emocional. Se orienta a la tendencia no adaptativa y a la capacidad necesaria para enfrentarse a lo inesperados con una mentalidad positiva.
En el ámbito empresarial, se comprende como la capacidad que poseen las grandes o pequeñas organizaciones de adaptarse a los cambios o rupturas, bien sean internas o externas, sin que este hecho moldee su rentabilidad, e, incluso, que les permita desarrollar una capacidad de adaptación superior para beneficiarse de las situaciones adversas e imprevistas.
Tras analizar las contradicciones entre las organizaciones que han logrado superar las dificultades y otras que han sucumbido ante los cambios, la resiliencia de sus miembros es un elemento de primera importancia.
- Por un lado, se estima como una estrategia de afrontamiento y adaptación positiva frente a los posibles riesgos;
- Por otro lado, hace énfasis como proceso dinámico que abarca la adaptación positiva dentro del contexto de una adversidad significativa. Se evidencia una posición similar en los grupos de autores respecto a las variables independientes anexo a sus méritos.
La APA (Asociación Americana de Psicología) conceptualizó la resiliencia como el proceso de adaptación exitosa frente a la adversidad, tragedia, trauma, amenazas u otras fuentes de estés propiamente significativas. Dicha clasificación engloba problemas familiares y en las relaciones interpersonales; estados de salud graves, como el diagnostico de una enfermedad; o situaciones de elevo de cortisol por la demanda laboral o estatus económico.
Entonces, se considera la capacidad que tiene las personas para enfrentarse a las adversidades sin desanimarse o deteriorarse como el promedio. Se traduce también como la posibilidad de que una persona haga frente a sus problemas, bien sean tangibles o intangibles, superándolos y transformándolos en una experiencia positiva para sí mismo o su entorno.
Radica en la aplicación de estrategias, tanto reactivas como proactivas, para hacer frente a los peligros:
- Reactiva, porque se estima cada fracaso, trauma u otro acontecimiento negativo, cuentan con las propiedades para estimular los pensamientos y acciones destructivas, incluso en las personas más optimistas; y, por tanto, de ahí la necesidad de recuperarse enfrentándose a su obstáculo.
- Proactiva, porque favorece la preparación antes, durante y después de enfrentarse a las calamidades. Potencia, en consecuencia, la anticipación, estructuración y minimización del impacto de los acontecimientos estresantes que se presenten en la vida laboras, familiar, social, económica, cultural, entre otros.
Permite transformar el dolor en fuerza motora para alcanzar los objetivos previstos y salir más capaz, en experiencia, conocimiento, autoestima y disciplina, por ejemplo, de las adversidades. Asimismo, en el ámbito empresarial es la condición afectiva para hacer frente a los cambios negativos de forma optimiza, permitiendo pensar calculadamente para fortalecer los procesos normales en el marco de la adquisición de sus objetivos y metas.
Características de las personas resilientes
Las personas resilientes cumplen con una serie de características, entre ellas se distinguen las siguientes:
- Creatividad: es el estado de conciencia generador de una red de relaciones cuyo propósito es producir, planear, identificar y resolver conflictos. Se comprende como la habilidad que orienta la creación de soluciones prácticas, orden y opciones para responder a los conflictos internos o externos.
- Independencia: es la capacidad de ver objetivamente los problemas, comprendiendo los límites sin permitirse seducir por sus propias referencias. También se entiende como la capacidad para autocontrolar o autodirigir las propias acciones, sin dependencia emocional de otros. Se traduce, por tanto, como la actitud que permite a una persona desenvolverse de forma libre y auténtica.
- Relación: se distingue como la destreza de brindar, sostener o establecer lazos interpersonales fuertes a largo plazo, fomentado por la confianza y solidaridad con los semejantes. Permite establecer relaciones tan íntimas como satisfactorias con las personas de su propio entorno, facilitando la aceptación y adaptación de los grupos en la vida propia.
- Iniciativa: hace referencia a la capacidad de autoexigirse; obligarse a responder a las responsabilidades propias de las decisiones tomadas y consecuencias generadas. Es un estado de proactividad que demanda el acercamiento a los problemas cotidianos, pero con sus posibles soluciones.
- Humor: usando las crisis como fuente de inspiración, se caracteriza por afrontar las consecuencias de forma divertida y lúdica. Permite alejarse de la tensión y actuar con el pensamiento positivo, así que tiene que ver con el estado de ánimo.
En definitiva, la resilencia es una de cualidades más importantes que cualquier individuo, especialmente dentro del estrato profesional, debe de desarrollar. Comprender esto es de vital relevancia dentro de cualquier escenario.