Casi todos conocemos lo que supuso la noche madrileña para la cultura patria gracias a personajes tan emblemáticos como Almodóvar, Alaska, Vega, Sardinita, García-Alix, Ruíz de la Prada, y a un sinfín de artistas más que se sumaron a “La Movida”, el movimiento contracultural ochentero con epicentro en Malasaña.
Treinta años después, Rafael Hernández de Dios retoma las señas de identidad del barrio para hablar de una generación que algunos ya consideran perdida, de cómo se enfrentan a una crisis devastadora sin perder el espíritu bohemio de una ciudad que nunca duerme.
Para ello se sirve del encuentro de un viejo grupo de amigos para hablar de lo divino y de lo humano, bebiendo y fumando, bajo la vigilancia incansable de un helicóptero de la policía que sobrevuela la ciudad y sometidos a la influencia de la tecnología que cortocircuita la reunión al son de un virus informático y de un móvil “apagado o fuera de cobertura”. Naim Thomas, Alberto Zafra, Paula López-Bravo, Natalia Cooper y Enrique Sebastián dan vida a los protagonistas de este variopinto espectáculo que se mueve entre géneros tan diversos como el costumbrismo y el musical, y que bebe de fuentes tan lejanas que van de Kevin Smith a Bergman pasando por Godard.
Para hacer frente a la ardua tarea de sacar adelante este proyecto, Hernández de Dios y su equipo se embarcaron en una aventura que rinde honor al término independiente: “La única forma de afrontar este reto es ‘ahora o nunca’, no puedes estar esperando a que alguien te haga caso, tienes que demostrar las cosas por ti mismo, ponerte en el mapa”. Con apenas cuatro mil euros y rodada íntegramente en un piso de Malasaña, la película se enorgullece de su etiqueta de ”low-cost extremo”, y de su paso por citas culturales como CinemAvvenire Film Festival en Roma o el relevante Rizoma Festival en Madrid.
Más allá de la Noche busca ahora su lugar en el cine español y el apoyo necesario para continuar con su distribución porque, en palabras de Juan Gómez Bárcena, premio Ojo Crítico de Novela 2014, “pese a no contar con ninguna ayuda pública y contra todo pronóstico, este proyecto de limitadísimo presupuesto ha dado como fruto una película madura, sólida y muy cuidada técnicamente, que constituye sin duda una pequeña y agradable sorpresa en el cine independiente”.